23 marzo 2009

Y olvidarme de todo...

Yo, junte cada uno de los instantes, encontre en ellos el significado de olvidar, olvidar sin pedir a cambio la sensación de rechazo, camine con calma se notaba el dolor de la primera vez, la corriente en contra de sentirse derrotado por sobrevivir y perder otra vez, la esclavitud de no respetar que soy uno solo y eso nadie lo cambía, inclusive sintiendo un anímo por esperar el regreso del ser anterior, de las vivencias de todas las tumbas de la vida, a pesar de sentirme en este espacio y tiempo en largos momentos de la vida, alguna vez renuncíe pero no encontre libertad porque vivir no es vivir si no se es capaz de hacer posible que el tiempo nos olvide.

Nunca salío el sol jamas me dí cuenta que el tiempo paso, todo lo que necesitaba, en la vida hay mezclas que revelan lo que hay que decir, voy a quedarme solo sentado sin la dificultad de cualquiera acortando los espacios para vivir siempre de un solo lado sin pisar siquiera gramos de razón, de alguna manera me gusta mas poder elegír lo que no se puede decír, un problema más para hacer la vida mas fácil y sufrir sin hacerlo necesidad, no hacer la llamada de alerta a mí subconsciente desconectado o talvez perdido en el rumbo del barco sin timon.Escribí mas que lo que hacía falta para volver de la ausencia de prescencia, ignorando las indicaciones, algo muy parecído que el medio día o la medía noche o el resto de la vída, la vida que me gusta y tambien me asusta cualquiera tiene momentos de debilidad, cualquiera es cualquiera y encima de eso lo niega.


Cobardía de querer ser diferente, solitario buscando la cura por una vida marcada con una herída mortal, mucho antes del milenio cuando la gran crisis de sentido y carencia de especificar el rumbo, no tenía claro si la vida era interminable o esa sociedad absorbía todo lo que crecía tras sus propios huesos se comían entre ellos, o se estancaban como el agua podrída, no pasa nada, interminablemente pasando por arriba o encerrandolo todo entre dietas de abandono.En este lugar donde no aprendí a vivir, si alguna vez no estuve ahí. no descubrí otra vez, no supe ver, el viento me hizo volando de aquí a donde no hay regreso desde ese mismo lugar, no puedo controlar, que todavía siga estando partido en tres, que siga buscando los pedazos, una última vez, un encuentro que no dejo de esperar, mil veces experimentado la realidad en el sueño que se repite y no me convence esa señal, la voz no deja de llamar, no me siento completo de tener la certeza si es una orden o simplemente un recuerdo que quiere hacer un llamado para convencerme de algo con esa señal, tras la puerta todo tapa al olvído.


No cuesta nada conformarse, tampoco cuesta nada ser un juego, la infelicidad no hace sufrir, la mañana siempre será la primera mañana, incluso puede ser un domingo en la tarde como hoy.

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