Y me sumerjo en el mar para ver si las olas me llevan hacía otro lugar, 25 horas de misería, miedo, ilusiones, histería y cala cada vez mas hondo la culpa de haber matado a Cristo, por decirse decente como la gente que mata por envidia y desidia, es ese maldito martirio de distorsiones el que te crea las falzas expectativas,una dieta de alcohol, pastillas te ayuda eso en tu vida, cada palabra que pronunciaste te las repito para que te quieras comprendas la suerte que haz tenido de haber nacido, te las repito para que te quieras, si estas maltrecho, malherido y borres de tu mente esa condena, tu le robaste la escencia a la muerte, eres un repartidor del dios que amamos, tus grietas en las manos, los pies ya no maduran, te lo digo para alivarte un poquito.
Esto es una desidia como yo el que te juzga, sin la mas mínima consiencia de tus hazañas, proesas, profanando el suelo virgen de los campos, te estoy esperando con la cabeza recta, te lo di todo y regresas ahora a pedirme mas, no te quiero ver mas por hoy ve a esconderte y haz lo que quieras con tu dolor, fueron esos los alegatos de un ciervo herido, que quizo programarse cuando el azar dio un tiro a su favor, tengo los ojos secos yo no se llorar, pero no me pienso resignar ante la tempestad
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