Por razón entiendo a esa respuesta ante talvez el impulso de sentirse dentro o sentir que en alguien hay una necesidad de estar conmigo, la bofetada de miles de respuestas a esa pregunta surge, porque el ser humano encuentra en la hipocresía un sentido de vida.
Experimento levemente que estoy por salir corriendo pero delante de la puerta, no hay otro mundo, mas bien es caer otra vez en el abismo, no hay promesas eternas, no hay seres humanos ni mas o menos perfectos, me quedo observando lo que hay a mí alrededor, veo la gente como conversa de nada y todo a la vez, es lo mas importante pero no hay importancía en que alguien se quede muy a la distancía, en estos días de impurezas marcadas con fatalidades tomadas frente a mí cara, solo aclaro más el camino, me deshago de las piedras y otra vez me quedo sentado solo, se que soy únicamente dueño de mis principios es lo único que tengo la certeza que no voy a traicionar.
Porqué cuando en aquel día todo era alegría, ahun así me detenía a aclarar el panorama y darme cuenta de la realidad del mañana, no se trata de dejar pasar los días cegado por mí ausentismo de relaciones extrañas, lo que pasa es que apenas empeze a darme cuenta de que mi segunda parte, esta parte en la que tomo cierto aprendizaje del camino llamado vivir.
La elección me obliga en ciertos momentos a ceder, para tratar de actúar como sí aceptara lo que los demas conversan entre sí, es tremenda la libertad sagrada que se encuentra en mi ser, una libertad de tiempo y a la vez omnipresente totalmente contenída en mí, aunque suene temeridad por lo exterior.
No puedo parar por el momento lo que comenze de la forma más incorrecta, tempestiva como el río que crecío más por buscar un lugar donde desembocar, que de la forma segura de la corriente que corre por su ruta normal, presiento que va quedar una llama encendida en el corazón que talvez se extinga lo mas seguro es que sí.