16 diciembre 2009

El Karma de Existir.

Destellos aislados de una realidad desvaneciendose por el desconcierto de no encontrar el porque, ahun así persiste la lucha de encontrar en la mentira una verdad.

Fantasías privadas de alegría, recuerdos de sentimientos percibidos en algun tiempo de un espacio ya perdido, la regresión del ser opuesto se plasmo justo detras de un monton de espejos, nadie pudo ver en ellos realidad, solo en otro espejo que no es de vidrio cristal.

Las formas de todo lo que en esos espejos se puede mirar, ofrece a la mente para poder burlarse de lo real, si aunque las formas se pueden cambiar siempre van a estar en este lugar, en donde nunca se llega sin antes buscar.
Con fantasmas caminando en los pies, muy en el fondo del pozo aquel, surge el miedo de no saber porque, el miedo de quien pueda entrar, solo la desesperanza mas que un deseo es una necesidad de encontrar el porque de saber que paso, alguien talvez vió, alguien quiere destrozarse, alguien quiere traicionarse, alguien quiere solo desaparecer.
Sabe que las balas de la gente asesisan de pie, no hay suplicio que pueda contener el transcurso.
Comprender que la partida fue ayer es querer distinguir en vez de ver, si es que todo se pierde al caer el sol, hay dos polos que la distancia obliga a desaparecer, la luz de un azul que impacta seco en mi cabeza, era tardío el ocaso para la tarde invernal, recorde cientos de actos vividos pero dificilmente encontre los concebidos.

Entonces el sol ya caía con el viento que fluía en mi cuero, consciente del cambio que en un proceso de ordenamiento de ideas, da paso a un torbellino de penas, de mentiras engañosas que aunque hacen feliz, me obligan a quedarme, pero al mismo tiempo termino esperando a alguien que ya se fué.
La burbuja lleva al interior de viajes de descontrol con la conexion de una incertidumbre por donde la vida jamas se dirigío, un poder interior como magía que en el aire realiza una transfusión energetíca de calor, desde los infiernos del sol hasta lo mas oscuro de un corazón, aunque se puede respirar el amor, me impulsa a retornar al dolor.

Retornos a los vacíos precisos de una vida alejada de los sacrificios y las pasiones que obligan a un solo pacto de sangre, sacudiendo las pupílas en donde antes destellaba un brillo, el cielo otra vez encendido, encuentras apagado el cirio, los simbolos de los perdidos que ya han llegado del largo viaje en busqueda del presente vivido.
Sin poder ver lo fugaz, no se es capaz de entender que ya termino, nunca antes tan cerca del extremo, sorprendido por el poder único del protector distante, el que pasa y se detiene en algun instante.

Pareceria extraño volver a pizar el lugar, pero no obstante es la única manera de permanecer en lo real, el defecto de sentir incomodidad por estar tanto tiempo en el mismo espacio.

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