Y se esparce en el viento, como una infinita tristeza, llorando como queriendo sacar el profundo coraje de una escaldada pasión, y ahun esta tu sangre pegada en la pared de esta piel, es como una respuesta, como aquella raya en el mar que desaparece y regresa otra vez desde un lejano lugar.
Vivir muriendo así como depender del ocaso para seguir existiendo,
clavar espinas en el hoyo de cualquier lugar sin buscar algo en especial
Me llaman siempre las voces del olvido que auque sea imposible encontrar, termino yendo
a ese lugar que no explíca nada solo me comienza a contagiar.
Voy buscando alguna cosa para extrañar, que sea capaz de contener la pureza que dentro de alguna flor oculta alcanzo a sobrevivir.
Siempre imaginó un día en el que me veo la fieresa de una vida que siempre vuelve a nacer y grito a la luna lo absurdo de la risa que desprecia siempre a la muerte, pero que siempre espera a algun demente que llegue sonriente de rabia, me veo ardiente por la libertad y en el espejo solo veo el llanto que cae de tantas miles de sonrisas.
En este lugar no se llora, tan solo se sueña que se puede realizar una ilusión, los temores de una calavera que nunca llora y jamas tuvo corazón, no se puede enfermar porque las horas provocan aquello que la enfermedad jamas podra llegar a igualar.
Siempre toca llegar a ese lugar, cualquier día es un volver a nacer, será que sea absurdo caer en ese pozo que siempre esta en la mísma posición pero siempre se vuelve a caer, rabiando por el frío y sin ningun abrigo, ni un rayo del sol que de la esperanza de que este día no va morír sobre la mala fé de un aguacero.
De pronto mi cuerpo viejo esta cansado, nunca llego a comprender lo que significada temer, los excrementos que antes eran frescos alimentos, tan limpio era todo antes de que lo tocaras tú, el olor a neftalina, tu saliba seca, sobre cuatro paredes ya estas.
Cavando tu propia fosa en donde solo sabras tú y nadie mas que ahy te vaz a sepultar, una absoluta y psicotica negación de la realidad, una locura que jamas termina de hacer una telaraña de espinas.
Un cielo oscuro despertó y no deja pensar que la soledad nunca explica, lo tanto que te necesito, los ojos secos ya no alcanzó a llorar y resignarse es terminar de nombrarte y no recordar.
Un arbol sangrando por el temor es lo único que alcanzo a pensar, aunque te espere siempre yo lo único que quiero es nombrarte una vez mas por lo menos, ya se que a mi llamado jamas acudiras.
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