Lexotanil y A Dormir! Como Llegue Aquí

Tan Insignificantes podemos llegar a ser, nuestra existencia se limita a seguir la vida en base a una rutína, un rol, somos palabras, somos deseos, somos despechos y de eso casí nada importa, solo importa si a alguien mas lo transmitimos.

Algunos son dedicados a un díos, rinden cultos de generación en generación que son como cadenas con eslavones tan firmes que resulta casí imposible destrozarlos, como desligarlos si son las emociones, las condiciones y demás sentimientos a veces sin el mas mínimo sentido para introducirlo, somos tan incapaces de destruirlos, cuando no estamos lo suficientemente convencidos y como recordar ese abrazo, sin esa fogata invernal que jamas pude enterrar en esta alma cenil.

Otros dedícados a la ciencía buscando explícaciones, con una única idea en la mente, destapar a fondo tratando siempre de encontrar la verdad y la relación de cada uno de los hechos a los que seres anteriores ya han implantado como una verdad, somos un pasado tan rico, tan extraño y complejo, somos seres tan sofísticados que somos capaces de reproducirnos, tan abstractos que llegamos a lo trillado.

Intentamos erradicarnos falseando verdades y dando paso a guerras, creando odios, no aprendemos de los errores y seguimos falsas figuras, nos escondemos en lo que no es verdadero, truncamos caminos y otros creen en un destino, los actos siempre es lo que nos importa, buscamos que con el reconocimiento de los demas, obtengamos un reconocimiento de lo que somos y así encontrar nuestro significado.

La soberbía es lo que trunca la vida de los seres, los vuelve perversos, intentando creer que tienen la verdad, que son dueños de lo concreto, que tienen el hecho y la causas, las respuestas de un orígen de las masas.
Pero somos una contrariedad porque no seríamos nada sin este conocimiento o cualquier proposito, la vida es solamente un esfuerzo supremo por descubrir una idea en el interior e interpretarla hasta el fin.
Vamos tropezando y llevamos con nosotros el "quizas" y un "talvez"que emerge constantemente, tratando de sobrellevarlo, lamentablemente concluye cuando las luces se apagan y ya no es mas indispensable el aire, ní la chispa en tu cuerpo, es cuando ya eres un muerto.

Al final nos resumimos en nada, nuestros actos son mas influyentes en la concepción de una actitud a con los demas, la vida comtemplativa y penitente sería el único camino para ese ser renuente, porque el simple hecho de que un hombre trate de habitar en la soledad un espacío, es retroceder y destruir miles de años de una evolución que parece mas una gran historia, montada en un gran telón!